El protocolo abarca todo el territorio nacional y cubre la especie bovina, en particular las vacas con el genotipo A2A2, de razas destinadas a la producción lechera.

El objetivo de la certificación es garantizar la identificación y la trazabilidad de estos animales, además del procesamiento en la granja lechera, la unidad de procesamiento de leche y productos lácteos y la quesería. Como resultado, los productos tendrán un atributo de calidad específico, ofreciendo una oportunidad para aquellos interesados en desarrollar líneas de productos con valor agregado, probados como provenientes de animales con el genotipo A2A2.

La implementación del protocolo garantiza a los consumidores la calidad y el origen de los productos, además de permitir a los productores agregar valor a su producción. Para obtener la certificación, las empresas deben cumplir con los estándares y requisitos técnicos establecidos, además de someterse a auditorías regulares para mantener los estándares de calidad.

Al adoptar este protocolo, la empresa puede diferenciarse en el mercado, satisfacer las demandas de los consumidores y ofrecer productos de alta calidad con un mayor valor agregado. Esto puede resultar en un aumento en la demanda y la fidelidad del cliente. La certificación también puede abrir nuevas oportunidades de mercado, como la exportación a países que valoran la trazabilidad y la calidad del producto.